A Minguxaina Villa está ubicada en un prado cerca del mar, ideal para caminatas tranquilas. Es una casa acogedora con pequeños pero acogedores espacios, y un jardín enorme. Está impecablemente limpia y los dueños son muy amables. ¡La recomiendo!

Todo fue maravilloso. 😊

Obtuve una excelente relación calidad-precio en A Minguxaina. La habitación era acogedora y estaba impecable. Además, la ubicación en un prado cerca del mar era perfecta para pasear y muy tranquila. Los dueños del hotel eran muy agradables y amables, lo cual hizo que mi estancia fuera aún más agradable.

Los alimentos para el desayuno podrían haber tenido más opciones.

Me encantó la decoración del hotel, con ese toque rústico y acogedor que me hizo sentir como en casa. Todas las áreas comunes estaban muy bien cuidadas y limpias, perfectas para relajarme y disfrutar de mi estancia. Además, la accesibilidad del hotel fue excelente para mí como persona mayor, ya que no había escaleras para subir o demasiados pasillos largos para caminar. Todo estaba al alcance de mis manos y pude moverme sin problemas por las instalaciones.

Lo único que pediría para una mejor estancia para personas mayores sería la disponibilidad de un asistente o personal capacitado para ayudar con las necesidades de los ancianos. Aunque los niños que trabajan allí fueron muy amables, tener a alguien especialmente dedicado a atender a los huéspedes mayores sería una ventaja.

Me encantó la decoración del hotel, con muebles antiguos y detalles tradicionales que le daban un encanto especial. Las zonas comunes eran muy acogedoras y bien iluminadas, perfectas para relajarse y disfrutar de un buen libro. Además, el hotel era muy accesible para personas mayores, con escaleras y pasillos bien señalizados y sin obstáculos que dificultaran el paso.

Me hubiera gustado que hubiera actividades específicas para personas mayores, como clases de yoga suave o caminatas guiadas. Los trabajadores allí eran muy amables, pero parecían enfocados en atender a familias con niños pequeños.

Siempre vuelvo a este hotel en Ribadeo porque me encanta. La primera vez que me alojé aquí, el personal me ayudó con un problema de insectos. Tiene todo lo que necesito: Wi-Fi en las habitaciones, aparcamiento cercano, utensilios de cocina, TV de pantalla plana, senderismo. Definitivamente volveré para otra escapada.

Me encantó la decoración de la casa, especialmente en las áreas comunes. Los muebles eran elegantes y acogedores, lo cual hizo que me sintiera como en mi propia casa. Además, la accesibilidad para personas mayores era excelente. Había pasamanos en las escaleras y en los pasillos, y todo estaba bien iluminado para que pudiera moverme con seguridad. Fue realmente reconfortante estar en un lugar donde los detalles están pensados para el bienestar de las personas mayores.

Quizás sería ideal que hubiera un ascensor para facilitar el acceso a las habitaciones, especialmente para aquellos que tenemos dificultades para subir escaleras. Sin embargo, entiendo que es una casa antigua y puede ser complicado instalar un ascensor sin alterar la estructura original.

Me ha encantado la ubicación cerca del mar y las playas, así como la atención de los amables anfitriones. La casa y el jardín estaban bien cuidados y muy limpios. Las camas eran cómodas y pudimos llevar a nuestro perro. ¡Una experiencia maravillosa!

wifi no disponible.

Me encantó el ambiente acogedor y la decoración tradicional de la casa. Los espacios comunes eran cómodos para descansar y pasar tiempo con los niños trabajando allí. Además, la accesibilidad del hotel era excelente para personas mayores como yo, ya que no había muchas escaleras y todo estaba bien señalizado.

Me encantaría que el hotel tuviera una opción de personal de apoyo para ayudar a las personas mayores durante su estancia. Los niños que trabajan allí son amables, pero podrían no estar siempre disponibles para atender las necesidades de los mayores.

Casa acogedora, limpia, cómoda. Camas confortables. Jardín cerrado amplio. Dueños atentos y amables. Cerca de Ribadeo y playas.

Nada de verdad.

la ubicación cerca del mar, la playa de las Catedrales y Ribadeo fue increíble. La casa y el jardín estaban bien cuidados y muy limpios. Suso fue un anfitrión fenomenal y muy atento, siempre asegurándose de que no nos faltara nada. Además, pudimos llevar a nuestro perro y disfrutó del amplio jardín.

un baño estaba abajo y había que bajar escaleras para usarlo.

Me encantó la decoración de la casa, con muebles antiguos y detalles encantadores que te transportaban a otra época. Las áreas comunes eran muy acogedoras y perfectas para relajarse y charlar con otros huéspedes. Además, me impresionó la accesibilidad del hotel para personas mayores, con pasillos amplios y sin escaleras que dificultaran el movimiento. Fue muy cómodo para mí moverme por todas partes sin problemas.

Lo único que pediría para unas vacaciones mejores para personas mayores sería que los niños que trabajan allí tuvieran un poco más de experiencia y conocimientos en el trato con personas mayores. Aunque fueron amables, a veces no sabían cómo satisfacer las necesidades especiales de los huéspedes mayores.

Las vistas desde el balcón eran impresionantes. Me sentí como si estuviera en la cumbre de una montaña, respirando aire fresco y admirando la belleza del océano. Sin duda, esta fue una experiencia que me dejó sin palabras.

Baño abajo, escaleras incómodas.

Además, la ubicación es perfecta, con supermercados y playas cercanas. me gustó mucho la limpieza impecable de la casa y la comodidad de las camas.

Me resultó incómodo tener un solo baño en la casa, especialmente durante una escapada romántica donde la intimidad es importante. Sin embargo, esto se puede solucionar organizándose bien.

Me ha encantado la decoración del hotel, con su estilo tradicional y acogedor. Los jardines y las áreas comunes estaban muy bien cuidados, lo que hacía que fuera un lugar muy agradable para relajarse y disfrutar del entorno. Además, la accesibilidad del hotel para personas mayores era excelente, con amplios pasillos y sin barreras arquitectónicas que dificultaran el movimiento.

Hubiera sido ideal contar con un ascensor en el hotel para facilitar el desplazamiento de las personas mayores. Los niños que trabajaban allí fueron muy amables, pero a veces resultaba complicado subir y bajar las escaleras, especialmente para aquellos con problemas de movilidad.

Ubicación excepcional cerca de playas y Ribadeo, anfitriones súper atentos, casa preciosa y limpia, camas cómodas, jardín amplio, detalles especiales. Han sido unos días maravillosos, prometimos volver pronto. ¡Increíble!